jueves, 8 de septiembre de 2011

El Monstruo de Iztapalapa

Fue hace siete otoños cuando Clara conoció a Antonio, en ese mes en el que las almas se enamoran de la luna. Clara vivía en una primaria de una colonia popular, junto con sus tres hijos. Gabriela era la mayor con 14 años. Le seguía Rebeca de 12 y Ricardo de 10.

Antonio trabajaba como conserje junto con Clara, y en poco tiempo fueron más que compañeros de quehaceres. A pesar de que Clara le llevaba 12 años, la relación se dio sin mayores problemas. En ese tiempo, Toño vivía en casa de su madre junto con sus cuatro hermanos. Todos los días, después de que acababan las clases, Toño trabajaba un taxi pirata para completar los gastos.

Pero los domingos eran sagrados, ya que los pasaba en la Iglesia, donde era parte del coro. Ahí estaba el día entero cantando el acto penitencial, el Gloria, el Santo y el Cordero. El acto penitencial, el Gloria, el Santo y el Cordero. Así una y otra vez hasta la última misa.

Un día Clara ya no quiso dormir sola. Un día Clara le pidió a Toño que se mudara con ella y sus hijos a la pequeña casa que había improvisado en la escuela, tal como lo hacen todos los conserjes que se convierten en una parte más del mobiliario de los colegios. Toño aceptó.

Pero un día Toño ya no quiso dormir con Clara, simplemente dejó de gustarle. Le echaba en cara la diferencia de edades, le reprochaba el no tener buen cuerpo; sus 37 años y la crianza de tres hijos le habían pasado la factura. Y un día Toño miró de manera diferente a Gabriela, quien recién dejaba la pubertad. Y otro miró distinto a Rebeca, quien apenas entraba a ella.

Clara no quería o no podía entender lo que pasaba. Toño le decía que así eran las cosas entre la gente de clase media, y que él era de clase media y que estaba acostumbrado a tener a más de una mujer. Fue así que comenzó a acostarse con Gabriela, con Rebeca y con Clara. Con Gabriela, con Rebeca y con Clara. Así una y otra vez hasta que embarazó a Gabriela; una y otra hasta que embarazó a Rebeca. Una y otra vez hasta engendrarles cinco hijos a sus dos hijastras.


Los primeros dos partos ocurrieron dentro de la casa, ya que desde hace meses Toño había decretado que las niñas no volverían a estudiar, mucho menos salir a la calle pues les decía que todas las mujeres son unas locas y no quería que nadie más se acostara con ellas. Los otros tres partos ocurrieron en un hospital de salubridad, ya que Rebeca y Gabriela se habían vuelto cómplices involuntarias de su gran gigante bonachón.

El único que salía a la calle era Ricardo. Pasaba el tiempo recolectando cartón y vendiendo dulces afuera de una paletería, ya que a él también le prohibieron ir a la escuela. Trabajando trataba de quitarse de la mente la imagen de su madre y sus hermanas revolcándose con Toño; trataba de olvidar el terror que le causó la primera vez que vio el pene erecto de su padrastro desgarrando a sus hermanas. Intentaba olvidar las golpizas que Toño le propinaba cuando no llevaba suficiente dinero a la casa y el frío de las noches en las que era obligado a dormir con la cabeza en un charco de agua, amarrado con el mismo cinturón con el que su padrastro le laceraba la espalda.


Pasaron tres años en los que Toño se hizo cada vez más violento. De la nada decidió llevarse a Rebeca y a Gabriela a casa de su madre, donde también vivían sus cuatro hermanos. Ahí continuaron las golpizas, de las que todos eran testigos. Los domingos, cuando Toño cantaba en el coro de la iglesia, eran su madre y sus hermanos quienes cuidaban que las niñas no escaparan, aunque las ventanas y puertas del cuarto donde dormían habían sido cubiertas con tablas y ladrillos, para que nadie husmeara en este castillo de pureza.

Rebeca tenía 17 años cuando se acostó por última vez con su padrastro. Esta vez, su frágil cuerpo no resistió la golpiza que le propinó Toño, quien desesperado, abrió la blusa de Rebeca, le quitó el sostén y tomó a la hija de Rebeca, su propia hija, su propia nieta de 3 meses y la restregó una y otra vez contra los senos fríos, esperando que mamando a su madre, ésta reviviera por arte de magia. Así lo hizo hasta que asfixió a la pequeña.

Durante todo un mes Toño pensó en un plan para deshacerse de los cuerpos. Mientras se le ocurría cómo hacerlo, vertía creolina y cal como si se tratara de perros muertos, para evitar que la peste alertara a los vecinos. No se le ocurrió otra cosa que amarrar a la bebé al pecho de Rebeca y así guardarlas en una bolsa negra. Le habló a uno de sus hermanos, quien le ayudó a subir los cadáveres al taxi y manejaron hasta la avenida Ignacio Zaragoza. Siguieron todo derecho y ya sobre la carretera México-Puebla, estacionaron el carro y Toño tiró a su hijastra e hija a la orilla del camino.


Gabriela tenía 21 años cuando se acostó por última vez con Toño. Sus esperanzas en que algo cambiara su vida se habían derrumbado, casi al mismo ritmo en el que la respiración de su pequeña hija de tres meses se debilitaba, ya que Toño las había golpeado de nuevo.

Por eso le sorprendió tanto que ese día, un grupo de policías derribaran la puerta, se llevaran a sus captores y la liberaran junto con su hermano y cuatro de los niños engendrados por su padrastro. Pero le sorprendió más enterarse que fue Clara, su madre, la que siete otoños después de conocer a Antonio, decidió ponerle fin a esta historia.

jueves, 18 de agosto de 2011

Mi homenaje a Juan Gabriel Vásquez


Estaba sentado en la barra del lugar mientras el cantinero fingía escuchar mis problemas de amor. Ya había perdido la cuenta de las cervezas y comencé a tomar whisky en las rocas. La falta de atención a mi relato la compensaba con la dedicación que empeñaba en buscar hielos sin huecos para que el sabor del Chivas 18 no se diluyera. Con eso me bastaba, o me tenía que bastar esa noche. Di un vistazo a los banquillos, nada decente, por lo que incliné de nuevo el vaso hasta el fondo y pedí otro trago, esta vez con menos hielos.

De pronto las cosas cambiaron. Su presencia fue molesta desde el primer segundo en que lo percibí. Las miradas de la gente alrededor no me permitieron poder hacer algo. Quería sacarlo, como fuera, desterrarlo aunque sabía muy bien que tiempo después, uno como él llegaría de nuevo. Era tan molesto como una astilla en el dedo, como escuchar a tu suegra hablar durante horas y no poderla callar. Así de irritado me tenía su presencia. Tenía que hacer algo, él ya no tenía que estar ahí.

Pasaron los minutos y de pronto lo olvidé. Continuó la noche, el alcohol corría y me hacía ver cada vez más bellas a las mujeres, en especial a esa gordibuena (no existe ese término más que con una buena cantidad de alcohol en la sangre) con la que ya había evitado intercambiar miradas minutos antes, pero a esas alturas podía pasar por alto su nariz de bruja y los dientes desviados. Se fue antes de que el alcohol me diera el valor. Mejor así, una gordita a esas horas de la noche me hubiera indigestado. No hubo suerte en toda la noche, si es acaso lo que se necesita para poder acostarte con alguien en esta ciudad.

Tambaleándome me fui al auto. Tomé los atajos para evitar alcoholímetros y fui bajando la velocidad donde ya sabía que estaban los radares. Llegué a casa, subí la escalera y me derrumbé en la cama, dejándole a lo que quedaba de mi consciencia la decisión de quitarme la ropa.

De pronto, antes del desmayo, lo recordé. Ahí estaba de nuevo, su molesta presencia en la intimidad de mi habitación. No había nadie alrededor, era el momento preciso y sin pensarlo hice lo que tanto anhelé horas antes. Se resistió, por poco lo pierdo, pero cuando estaba a punto de caer a un abismo inalcanzable, logré sacarlo y lo aventé lo más lejos que pude. En el silencio, sólo se escuchó un pequeño “tic”. El ruido de los mocos al caer.

¡Pinche mocote!

lunes, 23 de mayo de 2011

Emoexplosivos

Este domingo 22 de mayo se cumplieron dos años de la muerte del anarquista chileno Mauricio Morales, un novato en esto de los atentados con bombas caseras, a quien le explotó un tubo con gas metano en las manos. No sé si le falló el cronómetro, los circuitos de la tapa, o qué chingaos, pero el güey se mató cuando iba a dejar la bomba a una escuela de policías. El chiste de esto, es que su gran pendejada, (ay güey, ya siento las bombas debajo de mi auto) lo convirtieron en un héroe del mundo mundial para todos los chavitos mugrosos que andan ahí de revolucionarios, desde México, toda Sudamérica y hasta en Europa, principalmente en España. 



La madrugada de este domingo para lunes, uno de estos aparatitos explotó en una sucursal de Bancomer en Pantitlán. Minutos después, otro explotó en un Santander en la delegación Benito Juárez, mientras que otro no logró estallar en otro banco muy cerca de ahí. Y como cada año, las autoridades del DF no saben cómo, cuándo o porqué. Pues es por eso, están celebrando la pendejada de Mauricio Morales. (Un día de estos pediré trabajo en las áreas de inteligencia del gobierno, a ver si me va mejor que aquí…) Se trata del grupo Células Autónomas de Revolución Inmediata: Praxedis G. Guerrero.

Pero apenas el pasado 19 de abril, otro artefacto le estalló en las manos a un empleado de limpieza de la Universidad Politécnica del Valle de México, en Tultitlán, Estado de México. El artefacto iba dirigido al encargado de la división de Ingeniería en Nanotecnología de la escuela, el profesor Óscar Camacho, que dizque por andar enseñando esas cosas que para los anarquistas son “del diablo”. La cosa es que esto pasa a cada rato, pero nadie los pela, creen que no van a hacer más que esto.

Hace dos años, en septiembre de 2009, entrevistaba a Jorge Lofredo, del Centro de Documentación de los Movimientos Armados. Lo busqué a propósito de tres atentados en menos de tres semanas a sucursales bancarias. Se los adjudicaron los grupos Revuelta Verdinegra, el Frente Subversivo de Liberación Global, el Frente de Liberación Animal y las Células Autónomas de Revolución Inmediata: Praxedis G. Guerrero

Lofredo me decía (ahí sí, como si fuera mi cuate) que esos atentados eran el prólogo de las revueltas sociales que podrían ocurrir en 2010. La neta le creí como le creí al buen Diego Osorno, pero nada pasó. La cosa es, que aunque no son los grandes revolucionarios, sí han comenzado afectar a civiles. Qué culpa tiene el cabrón que andaba limpiando la escuela, y está a punto de perder un ojo. Y todavía los cabrones del Freedom Club (que mamada de nombre) que pusieron el explosivo dicen que fue culpa del afanador por andar de “curioso”.

Otra cosa que me decía Lofredo, es que en el lenguaje de los chavos se notaba “ira y rabia”, al fin emos que no los quieren en su casa. 


 

viernes, 13 de mayo de 2011

Los Amos


Aplíquele el 10-14 en la carretera a Ciudad Valles, háblenle al Federal… Camión descompuesto en la Rumorosa, que toda la colegancia le aplíquele la 10-34… Precaución en la curva, un torton está descompuesto. Y luego vienen los saludos: Un saludo al compa Juan de los Transportes Hernández… Un saludo a mi esposa, que ya voy en camino, voy a llegar pateando botes pa que se vaya el sancho… Y luego viene la oración al caído: “Señor, ahora que en este día el manto de la hora suprema me ha cobijado, viene a mi mente aquel momento en el que salí de mi hogar…” Y para acabar, que mejor que despertar a las tres y media de la mañana a 10 personas y cantarles las mañanitas, dedicadas desde alguna carretera de México.

Sí, lo confieso, soy fan de Los Amos del Camino, y como diría Álvaro Cueva, luche por escucharlos. El Zorro plateado (que no es Miguel Ángel Mancera) conduce junto con otro cabrón, y tienen una producción bien padre en la que hacen enlaces desde la carretera, donde se paran a platicar con chóferes mientras descansan en merenderos exclusivos de este gremio. Se avisan de accidentes y robos y camiones descompuestos y se dan consejos para ahorrar diesel y no acabarse el clotch rápido y no chingarse la caja de velocidades y así. Son tan pro, que hasta tienen un grupo de speedmerol que se llama Garrobos.

Desde hace unas semanas no dejo de escucharlos antes de dormir, sólo para imaginar la vida de chofer y prepararme para el futuro en caso de que esto del periodismo no funcione.

Lunes a jueves, 0:00- 4:30 hrs y el viernes hasta las 6:30, por W Radio.


martes, 22 de marzo de 2011

La crisis de los hoteles

Once de la noche, los vidrios del auto están empañados, las respiraciones se agitan cada vez más. El faje está a pelímetros de ya no llamarse faje, y sabes muy bien que no te pueden llevar otra vez a los separos por coger en el carro. Valoras costo mordida-hotel y decides largarte al más cercano. Llegas al estacionamiento y como ya estás a unos pasos de la habitación, pues sigues calentando, qué más da. Se bajan (del carro) y van a la recepción. Bueno tú te esperas un poco porque la tienda de campaña no te lo permite. Respira 1,2,3… Ya… puedes bajarte. Subes las escaleras del estacionamiento subterráneo y al alzar la mirada te topas a cinco parejas  mal encaradas. Y ahí vas, a preguntarle a la gorda de la recepción si tiene habitaciones. Los que están ahí te miran pensando “obvio no pendejo, o no estaríamos aquí parados”. Te dicen que te formes, volteas a ver a tu chica y te pone cara de ¡no mames! Se van. Se suben al carro, no espera ni a que le abras la puerta y corren a buscar otro hotel. No, ese no, está muy pinche, cómo sabes, te pregunta tu chica, pones la mejor cara y le dices “no mi amor, es que se ve feo por fuera”, hace como que te cree, y te señala uno más adelante. En tu cabeza recuerdas el precio y no te parece tan caro, pero qué más da, en estos momentos no importa el varo. Sí mi amor, vamos, se ve bonito, contestas. Esta vez ya no cometes el error del precalentamiento, se bajan en chinga, suben las escaleras y… mmmta, tres pinches parejas. Te pones a pensar si realmente vale la pena tener a tu chica ahí, junto al gordo rapado de 25 años con camisa a rayas desfajada, botas picudas y un nextel sonando todo el tiempo, reafirmando en su mente que la vida de narcomenudista que le permite tomarse una Buchanan’s del sellito rojo y sacarse a la mejor puta del congal vale la pena. Mientras, la flaca que no deja de besar y abrazar, entallada en su vestido negro diminuto, se la pasa haciendo cuentas mentales para saber si no hubiese ganado más en privados y copeo y no estar perdiendo el tiempo con sólo los 5 mil pesos que le dio el gordo. No sabes ni a donde voltear. La pareja de lesbianas que hacen que Charlize Theron y Cristina Ricci se vean guapas en Monster te ven feo. A un lado, el chavito de 18 que lleva a su novia con su hijo recién nacido, que van para revivir el romance en una habitación con jacuzzi, porque en la casa de su suegra ya está medio incómodo follar, y más con las jetas que le ponen sus cuñados y la abuelita, porque a su suegro realmente le vale madres, total, es otra de sus tres hijas que salió embarazada de un bueno para nada. El mesero te quita de la entrada de la recepción con un codazo, mientras casi se le cae el plato con los restos del cóctel de camarón y las papas fritas que un judicial dejó a la mitad, pues se le estaba subiendo la grasa mientras se tiraba a una niña de 16 años que recién había llegado de Tlaxcala a las pasarelas de La Merced, y que recogió en una esquina con el pretexto de llevarla al MP, pero después le ofreció el trato. Sí, la calentura te hizo quedarte, esperar 40 minutos y ponerte a pensar en todas esas pendejadas.

viernes, 11 de marzo de 2011

Inconcluso


Los besos le robaban el aliento y la vida casi al mismo tiempo. Su cuerpo hervía y su corazón golpeaba fuerte el pecho. Hinchadas las venas de todo su cuerpo y agitada su respiración.  No sabía que le pasaba, no era ella, no había control. Su lengua hurgaba desesperada  y ni el filo que la cortó la detuvo. El sabor a hierro comenzó a extenderse en toda su boca y la de su amante, no le importó, el deseo era más grande.  Él, en cambio, notaba cada detalle en su cuerpo, como subía la temperatura, como sus poros se abrían y sus vellos se erizaban. Lo sabía sin siquiera tener que abrir los ojos. Cuando le reventó la lengua no se detuvo, el sabor le nubló la mente y siguió besándola, saboreando la sangre. De pronto, un temblor de 8.8 grados en Japón causó un tsunami que hasta ahora ha dejado ocho muertos, y que tiene en alerta a costas en el mundo y en México y que me puso a twittear y actualizar información en @mileniotv y @Milenio y así. 


viernes, 25 de febrero de 2011

El día que conocí a Charlie Harper



Recuerdo que conocí a Charlie en Puerto Vallarta, una mañana en la que mi estómago estaba desecho después de tomar un día antes más de 20 micheladas con mucho chile y limón en la alberca del hotel, rodeado de bellas mujeres. Desde aquella borrachera, mis entrañas no me permiten más de diez tragos en 24 horas.

Esa mañana, el dolor en los riñones ya no me dejó estar más tiempo en la cama, aunado al hedor a borracho, mariguana y sexo en todo el cuarto, donde amanecimos hombres y mujeres esparcidos en dos camas matrimoniales. Recuerdo que lo primero que dijo fue: “Tengo una cura infalible para la resaca… nunca dejes de tomar”. Su sabiduría me dejó impactado. Mi amigo Martín ya estaba despierto y escuchaba sus enseñanzas.

Ahí estuvimos, dos horas o más, escuchando a Charlie y admirando su don con las mujeres. Nos explicaba que el secreto era la técnica impecable y el pene enorme (ya chingué). Nos habló del alcohol y cómo después de cualquier relación fallida, hay que dejar que la curación empiece con unos tragos. Nos dijo que el amor no es ciego, que es un retrasado mental y que por cada mujer hermosa, hay un tipo cansado de escucharla sólo para tener sexo.

Ayer, la CBS decidió que Charlie ya no podrá nunca más compartir su infinita sabiduría con los simples mortales que seguíamos sus enseñanzas. Se cansaron de que se acostara con estrellas porno, de que se metiera más droga que Courtney Love (para los menores de 20, es como la Lindsey Lohan de los 90) y que insultara a cuanto se le pusiera enfrente. Por eso, @joaquinfuentes, @Antonio_pera y su servidor, lanzamos la convocatoria para marchar ebrios y desnudos, en una de esas, lo perdonan. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

juayderito.com

La chisme dice que en sus tiempos mozos, Jacobo Zabludovsky, (mejor conocido como El Señor de los Audífonos), se le ocurrió marcar para siempre a Joaquín López-Dóriga con el apodo de “El Ticher”, así, con “i”, ya que no se le daba eso del inglés. Cuando Televisa se quedó sin un personaje decente para poner al frente de sus noticiarios, no tuvieron más remedio que dejar a López-Dóriga, haciéndonos creer que el Señor de las Agruras (a poco no habla como si se le regresara la comida) era un chingón.

Pues como ya todos lo saben, este lunes, tuvo una lamentable entrevista con Anthony Hopkins, por la película de El Rito, que desde ese mismo lunes por la noche se le conocerá como la película Juan de Rito. (Douh! maldita auto correción de Word), Juayderito. Y como dicen los reporteros, las burlas no se hicieron esperar. Después de mearme de la risa viendo la entrevista en youtube, me entró la penita ajena, y más cuando vi que ya era trending Tepic, (dónde detengo esta maldita autocorrección) topic  que ya había tono de celular, (como el del incidente de nuestro reportero), un remix, y que varias personas ya pensaban en ponerle a sus perros juayderito.

Después de meditarlo en silencio con dos cervezas casi a lilo en los Álvaro Obregón con los amigos, pensé en comprar el dominio juayderito.com, para desde ahí, hacer una compilación de todos los errores de todos los noticieros de todas las cadenas. Pero como la semana pasada chocaron mi auto y tengo que pagar diez mil bolas, dejé la chaqueta mental y me puse a pensar en cómo conseguir dinero fácil.

Pero al llegar a casa, me topé con la repetición de la entrevista que la mártir del periodismo mexicano Carmen Aristegui, le hizo a Hopkins, y el morbo de ver sí también le preguntaba juayderito?, me hizo verla unos minutos, pero lo dejé cuando esta gran periodista mexicana le preguntó “Qué opina de la crisis de la Iglesia Católica por la pederastia”, a lo que Hopkins contestó “Sólo soy un actor”. Fue ahí que me revivió la idea de juayderito.com.        

jueves, 10 de febrero de 2011

Aristegui, por qué no vas y...... preguntas más

Este blog, así de nuevecito como está, no podía dejar de hablar del tema del momento: Carmen Aristegui. (Sí, estoy desesperado por que me lean) Y aunque me resisto a hablar del despido de un colega, porque hay corridas injustas todo el tiempo, como el de otra colega y amiga esta semana en Radio Fórmula, sólo le proporcionaré a Aristegui algunas preguntas pertinentes que puede hacer, para aclararnos muchas dudas, que como ella dice, “sí está en twitter, es nota…”

  1. ¿Enrique Peña Nieto sí mató a su esposa, porque lo cachó con la mami de Galilea Montijo y le arruinaría su futuro político?
  2. ¿Al periodista Brad Will lo mató un miembro de la APPO al que apodaban “El Black Jack? (rumor exclusivo de Pardiñas don’t text)
  3. ¿Margarita Zavala se anda dando al secretario de Trabajo Javier Lozano?
  4. Lo que ha preguntado tantas veces en su calumnia de El Diario Basta Mario Manterola: ¿Marcelo Ebrard es puto?
  5. ¿El ex gobernador del Edomex, Arturo Montiel, mató al maestro de tenis de su esposa por andársela tirando? Porque aclaremos, el reportaje de Osorno en Chilango no confirmó nada, sólo fueron también dichos de los dichos.
  6. ¿A Juan Camilo Mouriño lo tiraron los narcos, como dicen Los Tigres del Norte en su rolón La Granja?
  7. ¿El alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila, hace tremendas bacanales con puro tornillo?
  8. El procu del DF, Miguel Ángel Mancera, ¿se operó la nariz?
  9. ¿Andrés Manuel López Obrador mató a su hermano?
  10. Y otra más de alchólicos: ¿La vieja de Marcelo es una borrachota?

Bueno, creo que es todo lo que tengo, pero si saben de otro, pónganlo aquí abajo, y se lo mandamos a la Aristegui.

sábado, 5 de febrero de 2011

Nada que perder

Que mejor forma de iniciar el año que con un blog. A estas alturas del 2011 ya nada peor puede pasar. Y es que de pronto me dije a mi mismo: no puedes dejar que tus memorias se pierdan, debes compartirlas antes de que ni tú te acuerdes de lo que haces, porque con esta memoria (y riñones y pulmones) de anciano de 50 años, ya no sé ni lo que hice la semana pasada. Pero para no aburrir a nadie, ( a quién engaño, ni mi mamá me va a leer, no me agrega ni en facebook), seré breve y dejaré registro de este inicio de 2011.

1. Compré un auto. :-)

2. Sacrifiqué a mi perro, llevaba 15 años conmigo. :.(

3. Cremé a mi perro, y hasta ahora no me he fumado las cenizas. :-)

4. Me reuní con mis hermanos. :-)

5. Me gasté la quincena en El Calígula con ellos. :-$

6. Recibí un mail de mi chica con "lugares para casarnos"  o_ O

7. Me di un agarrón no sexual con ella. :-(

8. Me robaron el carro nuevo y dejaron un recuerdo en mi cabeza. :..(

9. Me reconcilié con mi chica a medias. (aún no hay agarrón sexual) :-/

10. Recuperé el carro. :-) Sin llave, llanta de refacción, licencia, celular, ipod... =(

11. Nos aumentaron el sueldo! =)

12. El 4 pinche por ciento, hijos de >=%$&

11. Recordé el cumple de mi mamá, la felicité y quedamos para cenar :-)

12. Me plantó. >=(

Resumen: Qué chingaos podía perder escribiendo este blog.